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No es fácil saber cómo ha de portarse un hombre para hacerse un mediano lugar en el mundo.
Si uno aparenta talento o instrucción, se adquiere el odio de las gentes, porque le tienen por soberbio, osado y capaz de cosas grandes... Si es uno sincero y humano y fácil de reconciliarse con el que le ha agraviado, le llaman cobarde y pusilánime; si procura elevarse, ambicioso; si se contenta con la medianía, desidioso: si sigue la corriente del mundo, adquiere nota de adulador; si se opone a los delirios de los hombres, sienta plaza de extravagante.
Cartas Marruecas. José Cadalso.

lunes, 27 de febrero de 2012

Penúltimos saldos


Captain predica. Yo escucho el Duel de Propaganda.





                 La superficialidad es al intelecto como la frivolidad es al afecto.


            Un mapa intelectual y afectivo trazado entre un norte de codicia y un sur de convencionalismo; un levante de instinto y un poniente de reflexión gris.

              Espeluznantes autómatas de la vida
No dudan, no se equivocan, no son arrastrados por las pasiones, no tropiezan, no fallan, no cambian, no aprenden.

                 Estamos rodeados de piojos resucitados.


               Hemos de decaer, llegar a la negación, sumergirnos en la nada para ascender, brotar, afirmarnos en la autojustificación.


Visión del Apocalipsis, El Greco


                Determinista por hiperlibertario: “No soy Proteo; ergo, no soy libre”.


               Ante el monstruo informe: del asco y el miedo al desprecio; de éste a la indiferencia; de ésta a la risa; y, por fin, de ésta a la piedad serena.


             Miran de soslayo. Unos para medrar y arrebatar todo a los que tienen al lado; otros, infatuados y prepotentes, porque creen que todo lo merecen.


             Jóvenes y viejos, cultos e ignorantes, hombres y mujeres, homosexuales y heterosexuales, integrados y marginales, fuertes y sumisos, poderosos y sometidos, creyentes e impíos, convencionales y críticos: todos, los unos y los otros, nos creemos de una diferente, y mejor, pasta.



San Jerónimo penitente, El Greco

1 comentario:

  1. El sentido común es la cosa mejor repartida que hay en el mundo, porque todos creen que tienen suficiente. Lo contrario pasa con el dinero; todos tienen demasiado poco. El egoísmo es la demostración clínica de que el cerebro tiene ombligo. La dosis mínima para tratar la manía de creerse mejor es dos aspirinas y dos viagras; buenas para el ombligo y todo lo que hay debajo.
    El efecto de la viagra sobre los hombres de sangre azul está aún siendo investigada. De entre los probandos, Urdangarín de España y Vasconia es el más cuco.

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