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No es fácil saber cómo ha de portarse un hombre para hacerse un mediano lugar en el mundo.
Si uno aparenta talento o instrucción, se adquiere el odio de las gentes, porque le tienen por soberbio, osado y capaz de cosas grandes... Si es uno sincero y humano y fácil de reconciliarse con el que le ha agraviado, le llaman cobarde y pusilánime; si procura elevarse, ambicioso; si se contenta con la medianía, desidioso: si sigue la corriente del mundo, adquiere nota de adulador; si se opone a los delirios de los hombres, sienta plaza de extravagante.
Cartas Marruecas. José Cadalso.

viernes, 17 de febrero de 2012

Con once años más que yo


Ya le estoy viendo el rabo a la amiga Muerte.
Hay mucha gente que dice que le gustaría que le pillara en el sueño; para mí es una vulgaridad. Yo, como soy materialista y ateo, y no estoy aquí para perder el tiempo, quiero ser consciente hasta el último segundo. Mientras no sea al precio de un dolor insoportable y humillante, prefiero aguantar y no perder comba hasta el último instante.
La gente es que le tiene mucho miedo. En el funeral de mi padre, tras incinerarlo, me encasquetaron la urna con las cenizas. Como acababan de salir del crematorio, estaban calentitas. Yo llevaba el cofre en brazos y bromeé diciendo "Está calentito, como cuando estaba vivo" (es que era de esos de piel cálida siempre), y hubo alguno que me miró con mezcla de espanto y admiración.
Cá uno es cá uno.



El caballero y la muerte








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