Mi compa gramsciano fonollosista adapta un poema de Rocío Silva Santistebán, llamado Mi gato no sabe de subalternidad, y se lo dedica a su gato Cronos.
Mi gato no sabe de lucha de clases
Mientras yo estudio a Gramsci
Cronos juega sobre la mesa
se acerca al libro rojo y lo huele
despacio, auscultando
luego con todo desparpajo
se sienta encima
Ay, si supiera de Marx, de Engels, o siquiera
de Lenin
pero con su gatuna ignorancia
se acerca a mi lápiz para pelear
Ay, cómo lo muerde y lo derriba
Mira al techo buscando un insecto
(su objeto del zarpazo colonizador)
y distraído alarga la pata
sobre la máscara asesina:
el libro de Trotsky
Cronos no sabe nada. Pero lo mira todo.
Yo me desgañito entendiendo
esos conceptos que imagino algún día
me van a liberar
y mientras continuo con la amanecida
entre el temblor de la pantalla
y la enésima página del buscador
Cronos sucumbe al sueño gramsciano
y es más libre que yo.
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