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No es fácil saber cómo ha de portarse un hombre para hacerse un mediano lugar en el mundo.
Si uno aparenta talento o instrucción, se adquiere el odio de las gentes, porque le tienen por soberbio, osado y capaz de cosas grandes... Si es uno sincero y humano y fácil de reconciliarse con el que le ha agraviado, le llaman cobarde y pusilánime; si procura elevarse, ambicioso; si se contenta con la medianía, desidioso: si sigue la corriente del mundo, adquiere nota de adulador; si se opone a los delirios de los hombres, sienta plaza de extravagante.
Cartas Marruecas. José Cadalso.

viernes, 13 de mayo de 2011

Ned Kelly

Me insiste más de un amigo en que mi foto en el perfil recuerda mucho al legendario bandido australiano Ned Kelly. He investigado un poco el personaje y he leído la novela de Peter Carey "La verdadera historia de la banda de Kelly". Australia, país de poca historia, se vuelca en él como fundacional de su propia mitología nacional, pero lo cierto es que el personaje es simpático: un muerto de hambre de origen irlandés, machacado por los señores ingleses, maltratado en su familia, un pelagatos hasta que se atrevió a responder a los poderosos, se escondió en Nueva Gales del Sur y montó una banda de zarrapastrosos. Murió jovencísimo, colgado en la prisión de Melbourne, después de haberse querido defender de las balas de la poli con una armadura casera, en una típica celada.










Mike Jagger lo interpretó en una peli de 1970, pero AC/DC es una banda australiana.


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