Alfa y Omega o El club de los no aristotélicos
Actuamos por principios. No hay tácticas, no hay estrategias, no hay medios: todo es fin, es decir, principio. No somos reconocidos, fracasamos. No cabe que asumamos errores, ¿de dónde podrían venir? No los hemos cometido, pues hemos actuado según principios. Deberemos, al menos, explicarnos. Seguiremos actuando por principios. No habrá tácticas, ni habrá estrategias, ni habrá medios: porque todo es fin, es decir, principio.
Ante el “pensamiento calzador”, peligro del racionalismo
La vida está más allá siempre, no decae, nunca desfallece. Considera los siguientes ejemplos: las mujeres desnudas reflejadas en la pintura y la fotografía; el abuelo con el nieto; el vino lleno de matices para los sentidos; la áurea luz del sol entre las nubes grisáceas, que marca sus contornos en el azul; el olor de la tierra mojada, por la tarde, en un campo agreste o el del café y pan tostado en la cocina, un domingo; los dedos, tras yacer.
Señalad las tierras que queréis conquistar, mostrad con gallardía vuestras armas y pendones y lanzaos al ataque con gracia y fuerza. Vuestras letras tonificarán a los exangües, enervarán a los tensos, estimularán a los escépticos. Causad desasosiego y crispación, son buenos frutos; si no, para qué.
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