Todos los argumentos clásicos contra la existencia de dios me parecen poderosos, pero si hubiera de optar por uno, por supuesto lo haría por el argumento moral: si existe y permite este fregado es para escupile y matale; si existe y nada puede hacer para evitar el quilombo, para qué lo queremos, sería el más desgraciado de todos nosotros.
Por otra parte, si hubiera algo que hiciera pensar que este señor existe, siempre me pareció que estaría entre las piernas de las mujeres -cada cual que escoja su centro divino-; no sé, quizá esto sí es un argumento profundo.
Captain lo ha expresado así.Nunca estuve más cerca de él que cuando, tras rebasar las altas peñas blancas, reposé cerca de la fuente. La quietud de la piedra, la suavidad del musgo, la fuerza del agua me sedujeron y me ensimismé. Allí, en las aguas fluyentes, estaba dios, El Que No Es. Rocé el musgo de la piedra y bebí y me embriagué.
No hay comentarios:
Publicar un comentario