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No es fácil saber cómo ha de portarse un hombre para hacerse un mediano lugar en el mundo.
Si uno aparenta talento o instrucción, se adquiere el odio de las gentes, porque le tienen por soberbio, osado y capaz de cosas grandes... Si es uno sincero y humano y fácil de reconciliarse con el que le ha agraviado, le llaman cobarde y pusilánime; si procura elevarse, ambicioso; si se contenta con la medianía, desidioso: si sigue la corriente del mundo, adquiere nota de adulador; si se opone a los delirios de los hombres, sienta plaza de extravagante.
Cartas Marruecas. José Cadalso.

jueves, 23 de junio de 2011

Max. Paolo Conte.

Max está loco, está loco, está loco.







Descenderé algún día de estos riscos: hastiado, iracundo, casi sin fuerzas, después de mil jornadas implacables y vacías… Creéis que sois correctos y educados porque no parpadeáis, porque permanecéis impasibles ante los gemidos de las víctimas y ante mis imprecaciones. Pero sois meros perros sarnosos llenos de llagas, bubas y pústulas. Me tenéis loco, perros, y os daré lo que merecéis.


Tras breve noche, me desnudaré y beberé licores de bayas para encender mi pecho y mis miembros. Gritaré, aullaré hasta enronquecer y escupir sangre y bailaré solo bajo las estrellas del amanecer. Me sumergiré en el arroyo frío para recuperar el ímpetu y me secaré en la ribera, retorciéndome sobre las hierbas y los musgos, fustigándome con jaramagos y ramajes aromáticos.


Recogeré mi melena en guedejas a derecha e izquierda y desde los parietales ornaré mis trenzas con ópalos y florecillas. Con arcillas azules asperjaré mi rostro y mi torso para aterraros y, si me desesperáis, con la punta de mi puñal dibujaré heridas que me dañen y me recuerden el odio que os tengo.


Bajaré la espada labrada de los clavos de la cabaña, la meteré en la funda y me cruzaré el tahalí. Almohazaré el caballo de combate antes de ensillarlo y vestir sus crines con cordoncillos de colores.


A vosotros - fatuos, cobardes, rastreros - simplemente, con la piedad del bárbaro, os separaré la testa del tronco con sendos tajos secos y acendrados. Con vosotros - ratas ladronas, mentirosas, asesinas - seré más civilizado: proporcionándoos el trato refinado que os merecéis, os abriré los vientres para que las tripas afloren, se viertan, se derramen como aguas rojas y violetas de una fuente.


Yo solo quiero habitar tranquilo mi peñascal, respirar el gris de las hermanas peñas y el azul del cielo paternal, y olvidaros y olvidar y olvidar.


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