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No es fácil saber cómo ha de portarse un hombre para hacerse un mediano lugar en el mundo.
Si uno aparenta talento o instrucción, se adquiere el odio de las gentes, porque le tienen por soberbio, osado y capaz de cosas grandes... Si es uno sincero y humano y fácil de reconciliarse con el que le ha agraviado, le llaman cobarde y pusilánime; si procura elevarse, ambicioso; si se contenta con la medianía, desidioso: si sigue la corriente del mundo, adquiere nota de adulador; si se opone a los delirios de los hombres, sienta plaza de extravagante.
Cartas Marruecas. José Cadalso.

sábado, 25 de junio de 2011

Elogio de Karl Marx, de Terry Eagleton



http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=4145

El pasado 5 de mayo se cumplieron 193 años del nacimiento en Tréveris del gran barbudo, el intelectual más influyente y más citado del mundo contemporáneo. Asombrosamente, no sólo ha enterrado a cinco generaciones de críticos, pseudocríticos y conspiradores del silencio, sino que ha logrado sobrevivir también al heteróclito y nutridísimo club al que, como su socarrón homónimo, siempre se negó a pertenecer: el de los “marxistas”. Engels recordó con amargura poco antes de morir que Marx tuvo, como Heine, la desgracia de “sembrar dragones, y a trueque, cosechar demasiadas pulgas”. El amigo Anaclet Pons nos envía esta traducción suya del ingenioso artículo del crítico literario británico Terry Eagleton recientemente publicado en The Chronicle Of Higher Education. Con agradecimientos muy especiales a su traductor, lo reproducimos a continuación en SP.


Esta es la entradilla al artículo en la revista Sin Permiso. Fresco, directo y sin complejos. Reconcilia la radicalidad política y moral, la coherencia intelectual y el humanismo, que a veces echo de menos. Que acompañe Boccherini en Madrid.

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