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No es fácil saber cómo ha de portarse un hombre para hacerse un mediano lugar en el mundo.
Si uno aparenta talento o instrucción, se adquiere el odio de las gentes, porque le tienen por soberbio, osado y capaz de cosas grandes... Si es uno sincero y humano y fácil de reconciliarse con el que le ha agraviado, le llaman cobarde y pusilánime; si procura elevarse, ambicioso; si se contenta con la medianía, desidioso: si sigue la corriente del mundo, adquiere nota de adulador; si se opone a los delirios de los hombres, sienta plaza de extravagante.
Cartas Marruecas. José Cadalso.

miércoles, 16 de enero de 2013

El pueblo contra el proletariado


El pueblo contra el proletariado

Owen Jones denuncia en un exitoso ensayo la demonización interesada de la clase obrera

El autor es una de las promesas del pensamiento británico

     
Un joven participa en los disturbios acaecidos en el verano de 2011 en Londres. / Peter macdiarmid (GETTY)

Aunque la palabra chav resulta intraducible a otras lenguas, cualquier recién llegado a Reino Unido intuirá de inmediato que ese concepto tan recurrente en los medios de comunicación locales no significa nada bueno. El chav es una persona de clase baja y a menudo joven, adepta a la ropa deportiva de marca (real o de imitación). Un ser vulgar y rayano en el comportamiento antisocial, según los diccionarios ingleses que han incorporado el nuevo e informal vocablo. Los seguidores españoles de la serie humorística de la BBC Little Britainpueden identificarlo en el personaje de Vicky Pollard, madre soltera adolescente que viste un horrendo chándal rosa, roba chucherías en el supermercado y busca nuevos embarazos para seguir cobrando el cheque de ayuda social. El periodista y escritor Owen Jones (Sheffield, 1984) es probablemente uno de los pocos televidentes que no le ríen las gracias, porque ve en esa Vicky el estereotipo al que ha sido reducida la clase trabajadora por parte de una élite política y periodística: una especie irresponsable, indeseable y parásita en la que nadie se reconoce.

“La pobreza y el paro ya no son percibidos como problemas sociales, sino en relación con los defectos individuales: si la gente es pobre, es porque es vaga. ¿Para qué tener entonces un Estado del Bienestar?”, plantea Jones en el libro Chavs: La Demonización de la Clase Obrera (Capitán Swing Libros) que ha provocado muchos oleajes en el Reino Unido y lo ha convertido en un referente de la nueva izquierda británica. El autor de ese diagnóstico no es ningún veterano nostálgico de otros y mejores tiempos, sino el portador de un rostro angelical y aniñado que no hace justicia a sus 28 años. Un joven que transita por Londres en bicicleta y que fácilmente podría confundirse entre el grupo de estudiantes que visita la British Library, lugar que ha propuesto para la cita. Y, sin embargo, una primera obra lo ha convertido en una estrella mediática, indispensable en los debates de calado, y ha traspasado los confines nacionales hasta merecer la atención de medios tan influyentes como The New York Times y su traducción a varias lenguas, entre ellas la española. En la versión que llega a las librerías se añade un epílogo con un brillante análisis de las razones de los disturbios que asolaron Gran Bretaña en verano de 2011 y sobre los que los medios informaron estableciendo vínculos entre la devastación callejera y los tópicos chav, como la capucha o la influencia de los videojuegos.

Él mismo reconoce que, “de haberse publicado tres o cuatro años antes, cuando los estragos de la crisis económica no eran tan palpables, el libro quizá no habría suscitado el mismo interés”. “Los chavs son un fenómeno muy británico, pero por ejemplo España también es un país de clases, una sociedad desigual donde los brutales programas de austeridad se están cebando en la gente corriente”.

Lejos de un farragoso tratado, el libro de Jones es fácil de leer e ilustra con ejemplos actuales y bien conocidos del público su tesis sobre la demonización de la clase obrera: “Pretendo desmontar los mitos (asentados en más de tres lustros de bonanza económica) de que ‘ahora todos somos de clase media’, que la división de clases es anticuada y que la creciente desigualdad es producto de los fallos del individuo”.
La obra da saltos en el tiempo para reflexionar sobre el antiguo concepto de una clase obrera respetada como uno de los puntales de la economía hasta su conversión en esa “escoria que pretende el establishment neoliberal”. También es una diatriba contra los medios, transformados “en una élite encerrada en una burbuja de privilegios y desconectada de los problemas de la gente corriente”. Ellos han contribuido a forjar en el imaginario colectivo la perniciosa noción del chav. Jones describe en el libro el tratamiento desigual y sesgado que tuvieron en la prensa sendos secuestros de dos niñas inglesas, Madeleine McCann y Shannon Matthews. De la primera, la hija de una pareja de médicos cuyo caso mereció enorme cobertura también en España, llegó a escribirse: “Esto no suele sucederle a gente como nosotros” (léase clase media).

La madre de la segunda, una mujer que vive de los beneficios sociales, fue desde el primer momento estigmatizada como una chav incapaz de cuidar de su prole. Y, por extensión, lo fue toda la clase que encarna, mientras se obviaba la movilización de su comunidad para localizar a Shannon.

“Vivimos en una era de reacción y derrota”, se lamenta este activista cuyo objetivo esencial es “recuperar una voz para la clase obrera, aquella que hace tres décadas trabajaba en la mina, las fábricas y los muelles y que hoy lo hace en supermercados, call centers o cafés” por sueldos de risa. La mayoría pertenecen a su generación y ya no son un colectivo organizado como antaño. Si bien el movimiento de los indignados que ocupó la City, Wall Street y las calles españolas “llenó un vacío y ayudó a expresar la ira de la gente”, Jones considera que “no es una alternativa”. Ahí se manifiesta el hijo de un matrimonio de sindicalistas, con carné del Labour desde los 15 años, a pesar de la “traición” que ha supuesto el viraje de este partido hacia la derecha. ¿No cree que muchos jóvenes consideran a los sindicatos una antigualla de la era pretecnológica? Responde con otra pregunta: “¿Por qué es anticuado querer que los trabajadores se unan y se apoyen?”


domingo, 13 de enero de 2013

Pobrecitos


Pobrecitos, pobrecicos.
Este evento es normal, lógico, legítimo; desde luego, no roza ninguna responsabilidad delictiva; por supuesto, es necesario políticamente. Pero a mí no me verían por allí. Y es que en este tema se es muy dado a confundir lo moral y lo político: que estén los amaiures es muy normal, pero a un comunista que no sea de los suyos... , pour quoi?
Estaremos juntos en otras más genéricas, fundamentales, graves, el derecho de libre determinación, la solución negociada,... ; en esta, para defender los derechos humanos de unos estúpidos ignorantes, en el buen caso, y unos lerdos o unos bestias, en el malo, que se lo curren ellos solos. No se puede estar treinta años viviendo en la Europa atlántica y creerse que está uno en una selva tropical o en un desierto. Sobre todo porque es un insulto a los negros de verdad.




Miles de personas marchan por Bilbao en favor de los derechos de los presos de ETA

Familiares de detenidos y dirigentes de Bildu la encabezan bajo el lema "'Derechos humanos, resolución, paz. Presos vascos a Euskal Herria'"

Política | 12/01/2013 - 18:15h
Miles de personas marchan por Bilbao en favor de los derechos de los presos de ETA
Miles de personas participaron en la manifestación a favor de lso presos de ETA celebrada el sábado en Bilbao. Rafa Rivas | Afp
Bilbao (Agencias).- Miles de personas han secundado este sábado por la tarde en Bilbao la manifestaciónconvocada por la plataforma de apoyo a los presos deETA, Herrira, en defensa de los derechos de los reclusos de la banda terrorista. La marcha ha discurrido bajo una intensa lluvia encabezada por los familiares de los presos etarras, seguidos de una pancarta con el lema de la convocatoria en euskera: "Derechos humanos. Solución. Paz. Presas y presos vascos a Euskal herria".

Tras ella se han situado representantes de las formaciones políticas, organismos y agentes sociales que han respaldado este acto, entre ellos la portavoz parlamentaria de EH Bildu, Laura Mintegi, y también integrantes de cada partido que forma esta coalición como Pernando Barrena, de la izquierda abertzale; Pello Urizar, de EA; Oskar Matute, de Alternativa, y Patxi Zabaleta, de Aralar.

Entre los asistentes a la manifestación también están el diputado general de Gipuzkoa, Martín Garitano; el exconsejero del Gobierno Vasco por EB Javier Madrazo; el diputado de ERC Joan Tardà, los secretarios generales de ELA y LAB, Txiki Muñoz y Ainhoa Etxaide respectivamente, y conocidos rostros de la izquierda abertzale como Rufi Etxeberria o Tasio Erkizia.

Durante todo el trayecto, los asistentes han coreado lemas en apoyo de los presos de ETA como "Euskal presoak, Euskal Herrira" (presos vascos, a Euskal Herria) y "presoak kalera, aministia osoa" (presos a la calle, amnistía para todos).

Poco antes de comenzar, Mintegi ha declarado ante los numerosos medios de comunicación que tiene la esperanza de que el año que viene no se tenga que celebrar una movilización como la de hoy porque para entonces el tema de los presos "esté solucionado o en vías de solución". También ha indicado que la situación de los presos de ETA y la lengua son los dos "temas claves en la construcción" de Euskadi y elementos "fundamentales para la normalización política".

Barrena ha calificado la marcha de hoy de "apología pura y dura de la paz", y ha puesto en valor este tipo de acciones, "frente al discurso" de quienes dicen que "no van a mover un dedo en política penitenciaria". "Por medio de la movilización vamos a mover a los enemigos de la paz y a los que no quieren que este país conozca la normalización política", ha asegurado el dirigente de la izquierda abertzale, que ha añadido que esa "normalización" no puede entenderse "sin la puesta en libertad de todos aquellos que están en prisión por motivaciones políticas".
Apoyo de ERC
El diputado de ERC Joan Tardà también se ha dirigido a los medios de comunicación y ha justificado su presencia en la manifestación en el hecho de que su partido está "al lado de todas las víctimas, empezando por las víctimas que están en la cárcel".

El político catalán ha censurado la actitud de "enroque" que en su opinión mantiene el Gobierno de España en materia de política penitenciaria, ya que "no conduce a nada, sino a que se perpetúe el sufrimiento", y ha defendido el derecho a la independencia y a la autodeterminación que tienen "todos los pueblos".

Contra la dispersión y la doctrina parot
En el acto final de la marcha se ha leído un comunicado en castellano, euskera y francés, en el que se ha exigido a los gobiernos de Madrid y París que "terminen para siempre con la política de dispersión" de los presos de ETA y que liberen a los reclusos con enfermedades graves.

Otras reivindicaciones expresadas en el comunicado han hecho referencia a que se derogue la denominada doctrina Parot, que en la práctica alarga las condenas de los presos; que se garantice el acceso a la libertad condicional de los reclusos que hayan cumplido las tres cuartas partes de su condena, y que se "cambie de raíz" la política penitenciaria y "se adapte a un proceso de paz".

"Estamos construyendo un nuevo tiempo en Euskal Herria y tenemos una oportunidad histórica de alcanzar la paz sobre bases de justicia y reparación para toda las víctimas del conflicto, y de respeto a todos los derechos individuales y colectivos", ha leído en castellano el periodista Iñaki Olasolo.

martes, 8 de enero de 2013

Sostiene Tariq







 Visto de un modo simplista, hay dos modelos preponderantes en el pensamiento político. Un modelo cree en la igualdad entre las personas y proyecta esa idea de igualdad en la propiedad: si los hombres son iguales, la justicia consista en que todos tengan suficiente por el hecho de ser hombres. Esto, en esencia, es una idea socialista y, también, muy cristiana. En este marco, el estado debe ser el encargado de repartir los caramelos.

 El otro modelo es el que propugna que los seres humanos son afortunadamente desiguales y que, en base a esa desigualdad, deben intercambiar bienes y propiedades de un modo libre. Como todos participan de ese intercambio, todos tienen lo suyo. La propiedad diferencia a los seres humanos pero también proporciona una forma de justicia: tienes lo que eres. En este modelo, el estado sólo proporciona pesos y medidas para el comercio.

 Ninguno de estos dos modelos ha podido ser probado aún. Y es que en la realidad hay una especie de ser humano que impide que ningún modelo social pueda imponerse de manera efectiva. Esta figura es el "listillo". Los listillos se encargan de que la corrupción se instale en un modelo u otro de manera indistinta; son ellos los instrumentos de los que se vale el auténtico poder que emana de la propiedad para que las sociedades humanas, independientemente del progresos, regresen una y otra vez a ese lugar que parece ser su estado natural: la edad media, la sociedad feudal.

 Resumiendo: la sociedad humana, ni es socialista ni es capitalista. No es democrática ni es dictatorial. No es liberal ni comunista. Es listo-feudalista. Gobiernan los que tienen mucho, a través de los listillos (elegidos en las urnas o a dedo) sobre las espaldas de los que no tienen.





viernes, 4 de enero de 2013

El espejismo del fin de la Historia


Muy fundamental, mucho.


El espejismo del fin de la Historia

Las personas piensan que sus gustos y convicciones son estables, pero cambian más de lo que creen

Un experimento masivo prueba la ductilidad humana

Según ha demostrado un experimento psicológico masivo de tres universidades —con 19.000 personas de 18 a 68 años de edad—, todo el mundo, independientemente de su edad, cree que sus convicciones actuales son ya las definitivas: que ya ha llegado, que ya nada va a cambiar, que el presente es para siempre. Es lo que Daniel Gilbert, de la Universidad de Harvard, y sus colegas llaman “el espejismo del fin de la Historia”. Presentan su macroestudio en la revista Science.
Los psicólogos, por ejemplo, preguntaron a los participantes cuánto estarían dispuestos a pagar por ver dentro de 10 años a su grupo favorito actual. También les preguntaron cuánto pagarían ahora por ver a su grupo favorito de hace 10 años. Y la primera cifra resultó mucho mayor que la segunda, de una manera consistente en todos los grupos de edad.
La gente de 30 años, por poner otro ejemplo, cree que va a cambiar en los próximos 10 años mucho menos de lo que la gente de 40 años admite que ha cambiado en los últimos 10. Los investigadores analizan así el comportamiento, los ideales, los principios y las inclinaciones de sus sujetos. Son estrategias de estudio indirectas —no se compara a la misma persona 10 años antes o después—, pero sus resultados son sólidos gracias a la poderosa estadística que permite una muestra de 19.000 personas.

El espejismo del fin de la Historia, sostienen los investigadores, no solo tiene interés como divertimento psicológico, sino que tiene muchas consecuencias prácticas en la vida de las personas: la gente paga un precio demasiado alto por atesorar para el futuro el tipo de cosas que le satisfacen en el presente, pero que seguramente no le satisfarán en el futuro. Aunque parezca una descripción del matrimonio, la hipoteca o las acciones preferentes, el fenómeno afecta a todos los ámbitos de la psicología humana.“La Historia, según parece, siempre se está acabando hoy mismo”, dicen Gilbert y sus colegas del Fondo Nacional de Investigación Científica de Bruselas y la Universidad de Virginia en Charlottesville. “Tanto los adolescentes como los abuelos parecen creer que el ritmo del cambio personal se ha detenido, y que ellos se han convertido hace poco en las personas que seguirán siendo para siempre”.
“En cualquier fase de la vida”, escriben Gilbert y sus colegas, “la gente toma decisiones que influyen poderosamente en las vidas de la gente en la que se convertirán; y cuando finalmente se convierten en ellos, ya no parecen tan interesantes”.
Los psicólogos citan el ejemplo del tatuaje indeleble por el que un adolescente se deja la paga de tres meses, y que 10 años después pagaría cualquier cosa por borrar de su piel. No es muy distinto de pagar al abogado para que desuna lo que Dios unió en la precipitada juventud; ni de costear una liposucción que redima media vida de hamburguesas y de pizzas cuatro quesos.

Como es práctica habitual entre los psicólogos experimentales, Gilbert y sus socios se han valido de toda clase de triquiñuelas, como reclutar a una tanda de 7.519 sujetos a través de la web de un popular programa de televisión para, de forma inesperada, someterles a las interminables pruebas del inventario de Personalidad de Diez Dimensiones, el inventario de Valores de Schwartz o cualquier otro inventario que les viniera bien para sus propósitos.La pregunta que se hicieron los investigadores antes de abordar el estudio fue: “¿Por qué todo el mundo toma tan a menudo unas decisiones de las que después se arrepiente?”. Y sus resultados muestran que la razón es que todos sufrimos una confusión fundamental sobre la naturaleza de nuestro yo futuro. Que cada uno de nosotros subestima gravemente el poder del paso del tiempo para transformar nuestros valores, preferencias y personalidades.
El trabajo deja claro que el ser humano es víctima del espejismo del fin de la Historia, pero sobre la causa de ese espejismo solo se pueden hacer conjeturas. Tal vez la gente crea que su personalidad es tan atractiva, sus valores tan sólidos y sus gustos tan indiscutibles que, honestamente, ¿para qué van a cambiarlos? O tal vez todo el mundo crea conocerse tan bien a sí mismo que no se reconocería bajo una forma distinta. En uno u otro caso, esa cabezonería parece ser una de las pocas cosas que no cambian con el tiempo.

jueves, 3 de enero de 2013

Norma Jean comunista


Si va a ser verdad que era muy inteligente...


El FBI investigó si Marilyn Monroe era una agente comunista

Documentos oficiales recientemente hallados desvelan que la actriz fue sospechosa por su estrecha relación con célebres agentes operativos en Estados Unidos y en el exilio

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Marilyn Monroe / CORDON PRESS
Hubo muchas cosas que Marilyn Monroe hizo en contra de su voluntad. Encasillada en papeles de rubia seductora, curvilínea y de pocas entendederas, su insatisfacción la convirtió en un juguete que se acabó de romper hace medio siglo, con su muerte a solas en su casa, a los 36 años de edad. Se sabe ahora que por aquel entonces el FBI también quería hacer de Monroe algo que no era: un agente comunista encubierto.
Eran los duros días del macartismo, la sospecha era moneda corriente, Washington consideraba a Hollywood una Babilonia marxista, y los agentes del FBI debieron creerse lo de que Monroe era una muñeca vulnerable y fácil de manipular. Hasta indagaron en su matrimonio con el dramaturgo Arthur Miller, por si era una tapadera para que este, investigado por el Comité de Actividades Antiamericanas Estadounidense, popularizara la causa socialista.
El FBI hizo públicos la semana pasada una serie de documentos relativos a la actriz, que hasta ahora se creían perdidos. El Gobierno norteamericano ya había difundido en Internet unos informes incompletos, editados con numerosas tachaduras. En las nuevas revelaciones queda patente que los agentes del cuerpo de policía judicial norteamericana se interesaron por la amistad de la actriz con célebres operativos comunistas en Estados Unidos y en el exilio.
La principal revelación: algunos amigos personales de Monroe -no identificados en los documentos- estaban preocupados por su amistad con Frederick Vanderbilt Field, nacido en el rancio abolengo de la millonaria familia Vanderbilt, pero convertido en oveja negra por sus ideas izquierdistas. Vanderbilt Field se exilió en México en los años 60 y allí recibió una visita casi accidental de Monroe, que había viajado al país a comprar muebles y quedó fascinada por él.
“La situación provocó una gran consternación entre el grupo que acompañaba a la señorita Monroe y también entre el grupo [de comunistas exiliados en México]”, asegura uno de los informes del FBI. Los agentes controlaron los viajes y las relaciones personales de Monroe desde 1955 hasta su muerte. Era el estilo del entonces director del cuerpo, J. Edgar Hoover, obsesionado con investigar a estrellas como Monroe, Charles Chaplin o Frank Sinatra.
En 1983 Field Vanderbilt publicó una autobiografía, titulada ‘De izquierda a derecha, en la que dio su versión de su encuentro con Monroe. “Habló sobre todo de ella misma”, escribió, “y nos contó su gran apoyo por los derechos civiles, la igualdad de los negros, su admiración por lo que sucedía en China, su rabia por la persecución de los rojos y el macartismo y su odio a J. Edgar Hoover”. Era lógico. A su exmarido el FBI lo había sometido a un duro acoso.
Miller y Monroe estuvieron casados entre 1956 y 1961. En 1956 Miller fue llamado a testificar ante el Comité de Actividades Antiamericanas. Habló sobre él mismo y sobre sus propias ideas, pero se negó a responder a dos preguntas relativas a otras personas, para no delatar a nadie. Un juez le declaró culpable de desacato en 1957, un veredicto que fue revocado un año después.
El FBI se llegó a interesar por una llamada -anónima, por supuesto- al diario New York Daily News en la que se acusaba a Miller de ser un comunista, y de haber logrado atraer a Monroe, un icono de masas y del cine, “hacia la órbita comunista”. “Arthur Miller ha sido y es un miembro del Partido Comunista y es su líder cultural”, dijo el autor del supuesto chivatazo.
En claro contraste, el FBI no se interesó excesivamente por las dudas proyectadas por la muerte de Monroe hace medio siglo. Los agentes de policía de Los Ángeles determinaron que era un probable suicidio, por uso de barbitúricos. Muchos conocidos y seguidores de la actriz pusieron en duda esas conclusiones, pero desaparecida Monroe, el FBI prefirió interesarse por otras cosas, más políticas.

miércoles, 2 de enero de 2013

El coño es hermoso


Está visto que el 2 de enero de 2012 es un miércoles teológico: ateísmo, coños...



La vulva es bella: de la vagina dentata a la adoración del yoni

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¿Podría el lector o lectora coger un bolígrafo y garabatear un pene y unos testículos en algún post-it cercano? Y ahora, ¿podría dibujar una vulva, con sus labios mayores y menores y su capucha clitoral? La escritora Mithu M. Sanyal, autora de Vulva, la revelación del sexo invisible, llevó a cabo un experimento similar con un buen número de mujeres, hallando que muy pocas sabían dibujar una vulva reconocible y anatómicamente correcta. Su conclusión: “con la salvedad de las ilustraciones médicas, solo vemos imágenes de la vulva como productos de las industrias del porno y de la higiene”.
La vulva es representada en el imaginario colectivo occidental como una ausencia, un hueco, un agujero, un espacio en blanco: “para la simbolización del sexo de la mujer, el imaginario solo provee una ausencia allí donde en otros casos hay un símbolo muy destacado”, en palabras de Lacan. El clítoris y los labios se tornan invisibles, solo se tiene en cuenta la apertura vaginal considerada como una ausencia. Cuando sí se admite la existencia de la vulva, es tratada por los imbéciles con asco, prevención o rechazo; es ocultada y sumergida por mitos como su supuesta fealdad o mal olor… Grabad estas palabras en piedra: un coño limpio huele de maravilla. Cuando una compañía alemana sacó al mercado un perfume vaginal llamado Vulva, pudieron leerse en la red miles de comentarios infantiles y llenos de aspavientos ridículos… Y ya solo la sugerencia o metáfora de la vulva causa polémica al aparecer en el espacio público, como en este objetivamente nada obsceno cartel del 12º Festival de Cine Erótico de Barcelona.
El laberinto de referencias artísticas, mitológicas y religiosas al coño resulta apasionante y divertido de desentrañar, así que he convencido (no sé cómo) a los responsables de Jot Down para que acojan un artículo vulvar en su seno. Un viaje que empezará con una pregunta a la que durante siglos los filósofos han estado dando vueltas… ¿Qué es un coño?
1. Un coño no es un pene ausente
Lo que yo tenía y era bueno al tacto no tenía nombre. Solo los niños tenían algo afuera, así que yo no podía tener mi clítoris y al mismo tiempo ser una niña”. Paciente de la psicoanalista Harriet Lerner.
En las sociedades occidentales el varón ha sido tradicionalmente la medida de todas las cosas, y por tanto los genitales femeninos han sido patéticamente descritos como variantes subdesarrolladas de los genitales “completos”, los masculinos. El mismísimo Galeno escribió: “Al estar mutilada, la mujer es menos perfecta y completa que el hombre en relación con las partes que asisten a la reproducción”. Alberto Magno asocia la femineidad a problemas durante el embarazo que impiden el desarrollo del pene, de lo que deduce que “la mujer no es en su naturaleza un ser humano, sino un nacimiento fallido”.
Aparentemente incapaz de imaginar una mujer sin algún tipo de falo, el anatomista del siglo XVIAndreas Vesalius representó en De humani corporis fabrica los genitales femeninos como un enorme pene invertido del que la vulva sería el glande. No tiene desperdicio la explicación de Prospero Bergarucci, discípulo de Vesalius, para esta extraña configuración anatómica: “A sabiendas de la inconstancia y soberbia de la mujer, y para contrarrestar así su permanente anhelo de dominio, la naturaleza le dejó las partes sexuales en su interior para que, cada vez que esta piense en su presunta carencia, deba volverse más pacífica, más obediente y finalmente más pudorosa que cualquier otra criatura en el mundo”. Si Dios hubiera querido enseñar humildad al varón le hubiera invertido el escroto, podría deducirse siguiendo ese tren de pensamiento.
Cuando se admite que las mujeres carecen de falo, surge la idea de que les gustaría tenerlo. Según Sigmund Freud, las niñas entre tres y cinco años descubren que no tienen pene y que han sufrido una castración (de nuevo la vulva permanece aparentemente invisible) y adquieren “envidia del pene”, especialmente el del padre; un ansia inconsciente que solo puede verse satisfecha dando a luz un niño como sustituto del falo.
Si los labios de la vulva han permanecido ausentes del imaginario colectivo occidental durante siglos, el pobre clítoris ha llegado a ser tratado directamente como una deformidad. Barbara Walker cuenta una anécdota tristemente significativa en The Woman’s Encyclopedia of Myths and Secrets: “Durante un proceso por brujería en 1593, el esbirro a cargo del examen (un hombre casado), descubrió por primera vez un clítoris y lo identificó como una marca del diablo. Era ‘un pequeño trozo de carne, sobresaliente como una tetilla, de media pulgada de largo, escondido en un lugar muy secreto que era indecoroso mirar’. (…) Mostró la cosa a varios espectadores, que no habían visto jamás algo así”.
Aunque casi sería mejor esta ignorancia que un reconocimiento que desemboque en prácticas como la ablación del clítoris y/o de parte de los labios de la vulva, animalada que persigue eliminar “las partes masculinas” de los genitales femeninos (es decir, dejar solo el agujero penetrable y eliminar lo que no se comprende) y limitar el acceso de la mujer al placer sexual para aumentar su docilidad. Y a quien le parezca algo exclusivo de culturas exóticas, que se fije en esta frase algo repulsiva de Freud: “cuando una mujer llega a la edad adulta y entra en la femineidad, el clítoris debería ceder su sensibilidad e importancia, parcial o completamente, a la vagina. Lo que no sea un túnel, una vaina, un receptáculo para el pene del varón, sencillamente no debe existir o debe ser secundario. Muchos ven en este rechazo hacia la vulva el origen de bastantes labiaplastias, intervenciones de cirugía estética en que mujeres avergonzadas de sus labios vaginales los remodelan o mutilan para reducirlos.
Ya paro, que me indigno. En cualquier caso, lo primero que debe hacerse para revertir el proceso de invisibilización de algo es nombrarlo con precisión. Pero, ¿cómo podemos llamar a la rosa?
2. El nombre de la rosa
“Los maridos debieran seguir un curso
por correspondencia
si no se atreven a hacerlo personalmente
sobre los órganos genitales de la mujer
hay una gran ignorancia al respecto
quién podría decirme por ejemplo
qué diferencia hay entre vulva y vagina
sin embargo se consideran con derecho
a casarse
como si fueran expertos en la materia”
Nicanor Parra, Sermones y prédicas del Cristo de Elqui
En textos médicos antiguos se usa la palabra vulva para referirse indistintamente a los labios, la vagina, el útero o todo junto: lo triste es que duren imprecisiones similares siglos más tarde. Resulta sorprendente la extendida confusión entre vagina (el tubo interno de membrana mucosa) y vulva (los genitales externos). En la famosa obra teatralMonólogos de la vagina se usan indistintamente ambos términos, lo que llevó a la psicoanalistaHarriet Lerner a lamentarse: “¿Existe una repentina amnesia feminista en relación con la diferencia entre la vulva y la vagina? (…) Dudo que los hombres toleraran una supuesta celebración de su sexualidad en que se confundiesen los testículos con el pene”.
En 1980 Lerner fundó el Club Vulva con el objetivo de prevenir las consecuencias de este tipo de confusiones. Lerner pone el ejemplo de un texto de educación sexual de los setenta en que, si bien los genitales masculinos se describen detalladamente, se omite cualquier referencia a los labios o al clítoris, mencionándose solamente “apertura vaginal, vello púbico, ovarios y útero”. Los genitales quedan reducidos a las partes involucradas en la reproducción y el agujero en que el hombre envaina su espada.
La palabra vulva (“envoltura”), del latín volvere, no está teniendo demasiado éxito a pesar de ser mi favorita particular, junto a la más imprecisa “coño”. Muchos consideran “vulva” un término médico o técnico, cuando no lo es más que pene o testículo; otros se limitan a hacer chistes diciendo que vulva suena a marca de coches sueca. Sin embargo vulva es una palabra preciosa: su V repetida remite al triángulo genital, al vello púbico y a V de Vendetta. Bueno, esto último quizás no. Pero en cualquier caso es mejor que las alternativas…
Y es que muchos nombres para el genital femenino van asociados a la vergüenza o la ocultación, ya desde el sinus pudoris (cueva de la vergüenza) o el inhonesta usados por Isidoro de Sevilla. En alemán los labios mayores y menores son Schamlippen, literalmente “labios de la vergüenza”, y el triángulo público es el Schamdreieck, “triángulo de la vergüenza”. Eso cuando se utiliza un nombre cualquiera y no se ocultan los genitales femeninos como “las partes” o el “allí abajo” que recuerda Gloria Steinem: “‘Allí abajo’, esas eran las palabras —pronunciadas raras veces y en voz baja— con que las mujeres de mi familia llamaban a los órganos sexuales femeninos, tanto internos como externos”.
Ante estas alternativas, en este artículo reivindicaré tres palabras: “vulva”, “coño” y “yoni”, nombre sánscrito que, como veremos más adelante, tiene implicaciones tántricas y religiosas.
En la Yoniversity puede encontrarse un recopilatorio de nombres de la rosa en varios idiomas. Es un mito que los esquimales utilicen cien palabras para designar a la nieve (son más bien diez o doce), pero sí existen 27 nombres árabes llenos de matices para los genitales femeninos. En el manual erótico del siglo XVI The Perfumed Garden se recogen desde el genérico el feurdj (“abertura, valle”) hasta los muy específicos el deukakk(“aplastador”) para referirse al yoni capaz de apretar y comprimir el pene durante el coito, el harr (“cálido”) para el que emite un intenso calor propio, o el hacene (“hermosa”) para la vulva de una simetría y belleza tales que hace imposible dejar de mirarla fijamente.
Lo que nos lleva a una pregunta desasosegante: si mirar fijamente el Sol puede dejarte ciego… ¿puede resultar peligroso mirar directamente un coño?
3. En las fauces de la vagina dentata
¿Tan misterioso es esto? ¡Es mi vagina, no la esfinge!” Miranda, en Sexo en Nueva York
Freud hablaba del miedo a la castración que experimentan los niños al darse cuenta por primera vez que las niñas no tienen pene: confieso que no he visto una mejor demostración de ese pánico primordial que en esta escena de Dragon Ball en que Son Goku descubre la vulva de Bulma. En cualquier caso, no hace falta mucho psicoanálisis para deducir que muchos hombres sienten miedo por lo intrínsecamente femenino. En lo simbólico los atributos masculinos se asocian traidicionalmente a obeliscos apolíneos y a la razón, mientras que los femeninos han sido vistos como propios de la oscuridad irracional, el miedo o el asco. En palabras de la investigadora feminista Toril Moi: “El falo es entendido a menudo como una forma completa, homogénea y sencilla, en contraste con el caos aterrador del genital femenino”.
La materialización más evidente del miedo a la castración es la imagen de la vagina como grieta peligrosa y sangrienta armada de dientes afilados: la vagina dentata. Este símbolo aparece en cuentos y leyendas de todo el mundo como una clara advertencia: el sexo de la mujer es peligroso y puede castrar al varón o inutilizarlo. Un mito antiquísimo vigente hoy en día en películas como la reciente Teeth, con un giro irónico-terrorífico que convierte la dentata en arma de autodefensa.
A veces no es necesario ni siquiera penetrar esa vagina letal, basta con mirarla. En una leyenda árabe recordada por Catherine Blackledge en Story of V, el sultán de Damasco pierde la vista al observar una vagina dentata que le arranca los ojos (!) de un mordisco. Al personaje popular de Peeping Tom se le caen literalmente los ojos al suelo tras espiar a la desnuda Lady Godiva. Todos los espectadores que vieron la desnudez de la santa Epistene durante su martirio perdieron la vista…
En varios cuentos africanos el final feliz llega cuando el héroe usa palos o lanzas (instrumentos fálicos, en definitiva) para arrancar los dientes de la vulva mordedora, en una metáfora evidente de la ruptura de la voluntad de la mujer y su transformación en criatura inofensiva y apta para el matrimonio. De forma menos literal pero con el mismo trasfondo, en La fierecilla domada de Shakespeare Petruchio le arranca a Catalina los dientes de su intelecto y su sarcasmo, domesticándola hasta convertirla en una cuasilobotomizada criatura que acaba recomendando a las mujeres que “pongan sus manos, como señal de obediencia, a los pies de sus maridos”.
Otras visiones de la dentata sitúan su origen en el hecho de que tras eyacular el hombre queda exhausto, exprimido, “devorado” por la mujer vista como una vampira de energía vital. Dice Camille Paglia en Sexual Personae (polémico libro que merecería un artículo para él solo): “la vagina dentada no es una alucinación sexista: cada pene es disminuido por cada vagina, del mismo modo en que la humanidad, varón y hembra, es devorada por la Madre Naturaleza”. Paglia ejemplifica esta identificación natural con un fragmento de A contrapelo, de Huysmans, en que “un hombre es atraído magnéticamente hacia los muslos abiertos de la madre naturaleza, hacia las ensangrentadas profundidades de una flor carnívora de hojas afiladas como sables”.
Es curioso este pánico primordial masculino hacia los dientes simbólicos de la vagina… y que sin embargo esté tan extendido (afortunadamente) el gusto por la felación realizada por una boca repleta de dientes auténticos. Pero la simbología de la fellatio (que la hay, y mucha) queda para otro artículo futuro, si no me devora antes alguna dentata o me echan de Jot Down por pervertido.
4. La adoración del yoni
“Su parte inferior es el altar sacrificial,
su vello la hierba sagrada,
su piel el origen del soma.
Los labios de su yoni son el fuego central.
Muchos mortales atraviesan el mundo sin virtudes,
especialmente los que practican la unión sexual sin saber esto.“
Brihad Aranyika Upanishad, VI
En contraste con el pánico de la dentata, los genitales femeninos han sido vistos también como lugares sagrados y curativos. Existen mitos y leyendas en varias tradiciones en los que la exhibición de la vulva en un momento crítico ha ahuyentado a los demonios, resucitado a los muertos o incluso salvado al mundo. En el artículo Strip/Tease del especial aniversario de Jot Down hablé del mito de Baubo, la diosa que salvó a Deméter de la desesperación contándole chistes obscenos, riendo y mostrándole su vulva sanadora. Inanna, la diosa sumeria del amor y la guerra, estaba muy orgullosa de sus genitales. En los Himnos a Inanna podemos leer: “la diosa lanzó gritos de júbilo por su vulva, tan hermosa de contemplar, y se felicitó a sí misma por su belleza”. Inanna también aportó su granito de arena al debate sobre el nombre de la rosa al declamar: “Mi vulva, el cuerno, la Barca Celestial llena de deseo como la joven luna”.
El poder apotropaico (es decir, protector) del coño se manifiesta en las Sheela-na-gigs, esculturas de mujeres con una sonrisa maníaca en la cara y las manos abriendo de par en par los labios de la vulva. Se encuentran en iglesias románicas y castillos, especialmente en Irlanda, y su situación estratégica frente a puertas y ventanas sugiere que protegen contra el mal y la muerte.
El culto religioso a la vulva (o, hablando con propiedad, al yoni) se encuentra extendido en muchas sectas hindús, en general en relación con el masculino lingam. El yoni de la Gran Diosa Kali manifiesta el poder generador de la naturaleza. En palabras de Ajit Mookerjee, director del Museo de Arte de Nueva Delhi, en Kali, the feminine force: “El yoni es alabado como un lugar sagrado, un punto de transferencia de fuerzas sutiles, la puerta de entrada a los misterios cósmicos. En las esculturas, la diosa es representada yaciendo sobre su espalda, las piernas abiertas para el culto, o con los pies muy separados mientras su adorador bebe bajo el arco de sus piernas el yoni-tattva, la esencia sagrada. (…) En el yoni-puja o ritual de la vulva, la vulva de una mujer viviente o su representación en piedra, madera, pintura o metal son adorados como símbolo de la diosa”.
Merece la pena detenerse en este ritual del yoni-puja y comprender que es un rito religioso, desprovisto de contenido directamente sexual, a pesar de que una de las formas de celebrarlo es bebiendo cinco líquidos derramados en la vulva de una sacerdotisa. Sobre el yoni de la mujer se vierten consecutivamente agua, yogur, miel, leche y aceite, que son recogidos con un cuenco situado entre sus muslos. El contacto íntimo con la vulva purifica estas sustancias, que representan los cinco elementos de la cosmología hindú, antes de ser consumidas por los asistentes al ritual.
El Ambubachi Mela es un festival realizado en Assam en honor de la menstruación anual de la diosa tántrica Kamakhya, un aspecto de Kali. Durante las celebraciones se depositan ofrendas a la diosa frente a una abertura vulvar abierta en la roca de la que mana un riachuelo subterráneo. Los peregrinos tocan esta agua sagrada de yoni y beben de ella… En esta misma familia de rituales se engloba el segundo nacimiento, un ritual similar al bautismo en que los creyentes pasan a través de un gigantesco yoni de madera o piedra, tras lo que se consideran renacidos a un nuevo mundo espiritual.
Parece que al fin estamos en el buen camino: la vulva como señal sagrada, pliegue cálido y acogedor del cosmos, puerta entre estados de conciencia… Ya podemos declamar que la vulva es bella.
5. La vulva es bella
Eduquemos a una generación sin chistes de babosas y pescados, con respeto por los ciclos mensuales femeninos en lugar de asco, vergüenza y dogmas religiosos. Regalémonos más imaginería genital femenina en mitos, arte, joyería, libros…” Kirsten Aderberg
Todo el arte de la humanidad empezó con el dibujo de un coño. Durante unas excavaciones recientes en la cueva francesa de Abri Castanet se encontraron diseños vulvares grabados en la pared de roca hace 37.000 años: elarte rupestre más antiguo del mundo. Estos grabados, junto a otros similares hallados en las cuevas de Fontainebleau o la aparición de estatuillas de Venus como la de Willendorf o la de Hohle Fels, con la vulva muy acentuada, han sido interpretados como elementos de rituales de fertilidad y adoración de Diosas Madre primitivas.
Para encontrar hoy en día vulvas grabadas en las paredes no tenemos que irnos muy lejos: el escultor británicoJamie McCartney ha sacado recientemente 400 moldes de yeso de otras tantas vulvas, pertenecientes a mujeres de entre 18 a 76 años, y las ha expuesto en diez enormes paneles que forman un muro de nueve metros de largo, bautizado con cierta rechifla como Great Wall of Vagina (en realidad son vulvas y no vaginas, pero la precisión le fastidiaba el chiste). Esta exposición itinerante se presenta como un muestrario de vulvas, una celebración de su enorme variedad y de su belleza intrínseca. Un proyecto a priori cautivador pero no carente de críticas: la frialdad blanca del yeso no parece combinar con la carnosa suavidad rosada de las vulvas originales.
Entre los grabados paleolíticos y las esculturas de McCartney tenemos unos cuantos siglos de expresiones artísticas de los genitales femeninos que me gustaría al menos mencionar. Rastrear falos resulta sencillo en el arte occidental, pero no ocurre lo mismo con las representaciones explícitas de vulvas más allá de algún fresco pompeyano o algún estudio anatómico-forense de Leonardo Da Vinci. Un motivo recurrente a partir de la época clásica es la venere pudica (de pudere, “avergonzarse”): la diosa tapándose pechos y vulva con las manos, avergonzada de su desnudez, como en la Afrodita de Praxíteles o El nacimiento de Venusde Botticelli.
Dado que el genital femenino se oculta y escamotea, se redescubren constantemente otros símbolos: copas, triángulos, rosas u otras plantas como lasflores genitales de Araki o Georgia O’Keefe, espirales, entradas de cuevas, laberintos (imagino a Borges sobresaltándose), valles… y corazones. Dice Gloria Steinem: “La forma que llamamos ‘corazón’ —que en su simetría se parece mucho más a la vulva que al órgano asimétrico cuyo nombre lleva— es probablemente un símbolo remanente del genital femenino. Siglos de dominación masculina lo han despojado de su poder y reducido al romanticismo”. La Goulue, bailarina de cancan que aparece en varios cuadros de Toulouse-Lautrec, llevaba un corazón rojo bordado en su ropa interior, y lo descubría obscena y juguetonamente al levantar las piernas durante el baile. Esta identificación entre corazón y vulva está presente en todo tipo de iconografía moderna.
Para pasar de los símbolos a la representación explícita del coño en la pintura occidental tenemos que desplazarnos a 1866, año en que Gustave Courbet pintó por encargo El Origen del Mundo. Esta vulva en primer plano y encuadre forzado a la que no se puede asociar un rostro (lo que crea a la vez intriga y sensación de universalidad) lleva más de un siglo dejando un rastro de censuras, escándalos y polémicas, la última tan reciente como octubre de 2011, en Facebook.
Tanto pudor europeo contrasta con el despreocupado arte tradicional japonés, en particular con los shunga o “dibujos de primavera”, grabados abiertamente pornográficos producidos en su mayoría entre los siglos XVII y XIX. Muchos artistas dibujaron shunga sin que fuera visto como una deshonra o una vergüenza, entre ellos el mismísimo Hokusai con imágenes tan potentes como esta. Tanto el pene como la vulva eran representados de forma explícita, exagerada y anatómicamente clara.
En occidente hubo que esperar a los siglos XIX y XX y a KlimtPicasso o Schiele (o a fotógrafos comoHelmut Newton o Robert Mapplethorpepara encontrar representaciones más o menos explícitas de genitales femeninos. Por supuesto, podemos encontrar ejemplos de representaciones vulvares en el arte moderno: del amor lésbico de Suzanne Bellivet a la claridad de Álvaro Pemper o elhiperrealismo de John Currin. Taschen editó el libro de fotografía definitivo para fanáticos del coño como yo: The big book of pussy, con más de 400 imágenes de vulvas de todas las formas, colores y tamaños. Una de las fotógrafas incluidas en el recopilatorio, Frannie Adams, es autora de obras tan vulvófilas como Pussy Portraits, una serie de fotos decoños retratados junto a las caras de sus dueñas.
En el terreno de la performance y las artes plásticas alternativas una generación de artistas rompió el tabú de la vulva sobre el escenario. Una de estas pioneras fue Shigeo Kubota, que pintó cuadros en 1965 usando sangre menstrual y su vagina como soporte para el pincel. Diez años más tarde, Carolee Schneemann enInterior Scroll se desnudó sobre el escenario y extrajo de su vagina un larguísimo rollo de papel del que leería uno de sus incendiarios poemas… Una estrategia de poesía genital que seguirían años más tarde, fisting mediante, artistas como Diana Torres, pornoterrorista. Por su parte, Judy Chicago revolucionaría en los setenta el arte abstracto con sus formas vulvares y su instalación The Dinner Party, homenaje a 39 mujeres importantes de la historia.
Llega un punto en que arte plástico, feminismo, performance y divulgación vulvar se unen de la mano: Annie Sprinkle y su ginecología casera de espéculo y autodescubrimiento, Marina Abramovic y su descacharrante repaso a la sexualidad balcánica, el documental Viva la vulva en que Betty Dodson discute con un grupo de mujeres la apariencia de sus vulvas y cómo estimularlas… Y estaría tentado de añadir a Maude Lebowski y su pintura vaginal aérea si no fuera un personaje de ficción.
Termino el recorrido con un par de recomendaciones para quien quiera leer más: el imprescindible ensayo Vulva, la revelación del sexo invisible de Mithu. M. Sanyal, y el libro Vulva Empowerment: vulvas in History, Art, Mithology and Society, de Kirsten AnderbergTambién es interesante y poético este artículo de Rodrigo Martínez Andrade La vulva como metáfora, afortunado título que me sugiere la palabra vulváfora. Y, en otro estilo, tengo que recomendar Coños, de Juan Manuel de Prada, como mirada masculina y coñona (nunca mejor dicho) al mundo de la vulva. Un libro salvaje y divertidísimo que nunca entenderé cómo ha podido surgir de la misma persona que ahora sostiene que la pornografía va matando el alma.
Y ya que sale el tema de la mirada masculina: soy un hombre que acaba de escribir sobre coños, pero no pretendo ser uno de esos irritantes perdonavidas que, en palabras de Gloria Steinem, “pretenden saber más del cuerpo de las mujeres que las mujeres mismas”. Lanzo pues al aire dos peticiones a las mujeres lectoras de este artículo: complementad la información parcial que aquí aparece y, sobre todo, animaos a escribir, en justa reciprocidad, un artículo sobre penes, varitas mágicas, bastos, pollas, obeliscos, herramientas, falos…