De la pura güiquipedia, los bretones ibéricos.
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Yel acabose.
Bretones en Galicia y Asturias
Los bretones de Hispania fueron
un grupo étnico de
origen celto-británico que se asentó en el noroeste de la península ibérica durante
los siglos V y VI. Su lugar de origen, la provincia romana de Britania, se había vuelto crecientemente
hostil debido a las invasiones de los pictos, los escotos, y sobre todo de los invasores germánicos. Todo
ello les forzó a huir y buscar una nueva patria más allá del mar. Los bretones hispanos se
asentaron sobre todo en los territorios de Asturias y Galicia. Su asimilación se llevó a cabo de una
manera muy lenta y dejaron tras de sí una importante huella en los folclores de estos dos territorios.
A mediados del siglo V diversos pueblos germánicos
como los anglos, los jutos, los sajones y los frisones comenzaron a asentarse en las zonas orientales
de la isla de Britania. Aunque inicialmente su área de asentamiento fue más
bien limitada, pronto comenzaron a penetrar hacia el interior, especialmente
hacia el valle del río Támesis y
la zona oriental de las Midlands.
La migración |
Migraciones bretonas en los siglos V y VI
Comenzó entonces el éxodo de las poblaciones indígenas
romano-británicas que se refugiaron en las zonas más occidentales del
país: Gales, Cornualles, Cumbria y Strathclyde (suroeste
de Escocia). Otros grupos optaron por migraciones
más largas y atravesaron el mar, estableciéndose hacia la Armórica, península que «receltizaron» imponiendo
su cultura y su lengua y que a partir de este momento tomaría el nombre de
Bretaña. De hecho el bretón es una lengua celta insular más
estrechamente relacionada con las lenguas celtas de Gran Bretaña que con
el galo y el celta continental.
Asentamiento en Hispania
Otros grupos de emigrantes navegaron todavía más al
sur y se establecieron en las costas septentrionales de la península ibérica,
donde llegaron a fundar un obispado, el de Britonia (en la actualidad, Santa
María de Bretoña), y un monasterio, el de Máximo. Esta sede fue
mencionada por primera vez por las actas del Concilio de Braga,
celebrado en 561, donde se cita la presencia de un obispo
denominado Maliosus, y por los documentos del Concilio de Braga (572),
donde aparece el mismo obispo, cuyo nombre se transcribe esta vez como Maeloc o
Mahiloc.
Según el Parroquial
Suevo, documento administrativo redactado probablemente con ocasión
del Concilio de Lugo (569),
el área de asentamiento de los bretones se extendía por los territorios del
Monasterio Máximo y por el área de las Asturias. La cita literal es la
siguiente:
Ad sedem Britonorum ecclesias que sut
intro Britones una cum monasterio Maximi et que in Asturiis sunt.
Por los restos constructivos y sepulcrales hallados
pertenecientes a los siglos VI y VII en la Basílica
de San Martín de Mondoñedo muchos estudiosos opinan que el
monasterio Máximo pudo haberse ubicado allí, coincidiendo con la época de
esplendor del monasterio. Si bien es cierto que otros opinan que se pudo haber
situado en la antigua iglesia parroquial de Santa
María de Bretoña, principalmente por la semejanza lingüística. Al
parecer, la estructura eclesial de los bretones ibéricos se asemejaba a la
existente en las Islas Británicas y en Bretaña: con un obispo en la cumbre, que a su
vez era abad y jefe del monasterio.
Santa Mª de Bretoña |
En Galicia la zona de
mayor poblamiento parece haber sido la costa norte y en general la zona llamada
«mindoniense». En Asturias es probable
que el área de poblamiento se situase en su zona oriental, principalmente en el
área situada entre los ríos Nalón y Sella, y
ello por cuanto Asturias Occidental (la tierra de los pésicos) pertenecía a la diócesis de Astorga,
y no a la de Britonia. Hay numerosos topónimos en Asturias relacionados con la
presencia britónica, entre los que se pueden mencionar El Bretón (Avilés), la
Fuente de los Bretones y dos pueblos denominados Bretones que se sitúan
respectivamente en las parroquias de Vidiago y Belonciu (Paelontium).
Asturias oriental |
La sede de Britonia siguió estando representada en los
múltiples concilios que se celebraron entre los siglos VI y VIII en Toledo. Durante el siglo IX, San Martín de Mondoñedo,
presumiblemente el monasterio Máximo sufre el abandono debido a las incursiones
normandas lo que propicia que el obispado de Dumio se traslade allÍ, con el
abad Sabarico a la cabeza y el beneplácito del rey Alfonso III.
En el año 1112, finalmente, la sede diocesana se lleva
a Mondoñedo.
Resulta difícil discernir hasta qué punto los bretones
de la península ibérica conservaron su lengua y su identidad étnica con el paso
del tiempo. En este sentido, cabe reseñar que aunque la sede de Britonia quedó
extinta en el siglo VIII. Sin
embargo, todavía en el año 1233 un documento
menciona una heredad sita en el concejo de Castro de Rey (Galicia) que pertenecía «a
aquellos hombres hombres llamados bretones o biortos, y cuyas mujeres se
llamaban chavellas».
Cultura y tradiciones
En aquellas partes del noroeste hispano dominadas por
los bretones se implantó una forma de cristianismo céltico cuyas
características eran similares al practicado en otros países del arco atlántico
como Irlanda o Bretaña.
Tal y como se ha descrito anteriormente, la comunidad
cristiana se organizaba en torno al abad de un monasterio (en este caso, el
monasterio Máximo) que era a la vez obispo. Este esquema fue implantado
por San Patricio durante
el proceso de evangelización de Irlanda y con posterioridad se extendió al
resto de las Islas Británicas e incluso a las comunidades de misioneros
irlandeses que se habían asentado en Germania.
En el plano estrictamente ritual, las comunidades
célticas celebraban la Pascua en fechas distintas a las señaladas por Roma y
sus monjes tenían una tonsura1 diferente a la de las órdenes
religiosas de otras partes de la Cristiandad, como la benedictina: A este
respecto, en el año 598 el IV Concilio de Toledo condenó
la práctica de este tipo de tonsura, que por aquél entonces tan usual era en la
provincia de Gallaecia.
Notas
1.
↑ La
tonsura céltica o tonsura irlandesa/escocesa consistía en la
eliminación de la parte delantera del cuero cabelludo. Su origen es discutido:
algunos autores la atribuyen a la influencia druídica, mientras que otros creen
que se trata de una costumbre arcaizante que probablemente se remonte a tiempos
de Antíoco Epífanes. Su uso fue controvertido, tanto en Britania como en
Hispania. En tierras británicas, los miembros del partido romano atribuían su
invención a Simón el Mago.
Bibliografía
§ BASCUAS LÓPEZ, Edelmiro (1974). Bretoña,
tierra de britones. Britones, biortos y chavellas. Estudios mindonienses:
Anuario de estudios histórico-teológicos de la diócesis de Mondoñedo-Ferrol.
§ CHAMOSO LAMAS, Manuel (1975). Avance
informativo sobre las excavaciones arqueológicas realizadas en Bretoña (Lugo)
durante las campañas de 1970 y 1971. Noticiario Arqueológico Hispánico.
Prehistoria, IV.
§ FERNÁNDEZ CONDE, Francisco Javier
(2002). Bretones o británicos en Asturias durante los primeros siglos
medievales. La sede de Britonia. En torno al bimilenario del Eo.
Gómez-Tabanera, J. M. (Ed.).
Enlaces externos
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