El comunista y proárabe Galloway vuelve a escena
Los laboristas sufren una catastrófica derrota en una circunscripción con una población mayoritara musulmana
31.03.12 - 00:29 -
Los principales partidos pueden preguntarse si el resultado refleja la extensión
de un descontento hacia el sistema político -la participación, del 50%, cayó quince
puntos con respecto al 2010-, pero los laboristas, que encajan un rechazo
desastroso para un partido en la oposición cuando el Gobierno toma
decisiones económicas impopulares, achacan el resultado a subestimar
una amenaza familiar.
George Galloway se convirtió a los 27 años en el más joven organizador
de la historia laborista escocesa en su ciudad natal, Dundee, y hasta su
expulsión, en el 2003, fue un militante incómodo, que invitaba a los
comunistas a entrar en el principal partido de la izquierda, desafiaba la
política oficial y mostró finalmente un desprecio público insistente a Tony Blair.
Su currículum combina una ideología de extrema izquierda -apoyo a la Unión
Soviética, a Fidel Castro y a Sadam Hussein- con numerosos pleitos contra
quienes le acusaron de financiación ilegal o ilegítima y actuaciones estelares
en el comité del Senado de Estados Unidos que investigaba si recibió
donaciones de Hussein o en el programa de televisión 'Gran Hermano'.
Su popularidad mediática le ofreció en el 2005 una plataforma para
arrebatar el escaño a la diputada laborista por el distrito londinense de
Bethnal Green y Bow, donde hay, junto a Bradford West, la mayor
concentración de población procedente de Pakistán y Bangladesh en
Reino Unido. La invasión de Irak le dio una coartada para una estrategia
electoral exitosa.
Mientras los demás partidos presentaron candidatos de origen asiático
que aceptaban las políticas convencionales británicas, Galloway
formó un nuevo partido, Respect (Respeto), y se alió con grupos locales
y el trostkista Partido Socialista de los Trabajadores (SWP) para fomentar
una campaña populista que combinó el reclamo a los votantes musulmanes
con la oposición a la guerra.
En Bradford Oeste, la guerra ya no podía actuar como un estímulo militante.
Galloway apeló a la población más joven del país, salvo en zonas de Londres,
achacando el alto desempleo y las malas escuelas al abandono laborista.
Bradford fue un gran centro textil pero ha sufrido un largo proceso de
desindustrialización que afecta especialmente a algunas áreas del oeste.
Salvar el cine Odeon del derribo ha sido un tema central de la campaña de
Galloway, que prometió que, tras su elección, visitará a sus amigos «en un
par de fondos soberanos» de países de Oriente Próximo que estarían
en deuda con él por sus campañas políticas, y les pedirá que financien
la construcción de un Instituto Árabe-Británico como el que tiene París al
borde del Sena.
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