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No es fácil saber cómo ha de portarse un hombre para hacerse un mediano lugar en el mundo.
Si uno aparenta talento o instrucción, se adquiere el odio de las gentes, porque le tienen por soberbio, osado y capaz de cosas grandes... Si es uno sincero y humano y fácil de reconciliarse con el que le ha agraviado, le llaman cobarde y pusilánime; si procura elevarse, ambicioso; si se contenta con la medianía, desidioso: si sigue la corriente del mundo, adquiere nota de adulador; si se opone a los delirios de los hombres, sienta plaza de extravagante.
Cartas Marruecas. José Cadalso.

sábado, 19 de noviembre de 2011

Soy un artista

Es cierto, no lo puedo evitar. Ya me lo dijo mi compadre hace veinte años o más, que debía cultivar mi vena (o rama) artística, pero no le hice caso, y así he acabado, snif.

Suelo preparar todas las semanas un plato de pasta, nunca el mismo consecutivamente, y también ensaladas o cosas sencillas, ensaladillas, fajitas, pisto, tortillas varias y tal. Pero, a veces, me entra el volunto, me arranco y voy más allá, aunque tampoco sea nada del otro jueves. Hoy he cocinado calamares en salsa, por supuesto a ojo, no se puede incurrir en la cocina en un positivismo craso, que no se compadece con el vitalismo propio de la creación y del comer: limpias los calamares, preferentemente pequeños, y los troceas, picas cebolleta fresca abundante, la fríes bien con una guindilla de Cayena, echas los calamares, un vasito de vino blanco de la tierra (nuestra, big country) y pimentón de la Vera, dejas chupchupear un rato y ya está. Nos lo hemos comido con gula, como debe ser, con pez de limón y sardinas y buenos trozos de pan para mojar sopas, y yo lo he acompañado con vino de Rueda que tenía por ahí. Ea.

Mañana vota lo que quieras, pero vota comunista.


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