Es cierto, no lo puedo evitar. Ya me lo dijo mi compadre hace veinte años o más, que debía cultivar mi vena (o rama) artística, pero no le hice caso, y así he acabado, snif.
Suelo preparar todas las semanas un plato de pasta, nunca el mismo consecutivamente, y también ensaladas o cosas sencillas, ensaladillas, fajitas, pisto, tortillas varias y tal. Pero, a veces, me entra el volunto, me arranco y voy más allá, aunque tampoco sea nada del otro jueves. Hoy he cocinado calamares en salsa, por supuesto a ojo, no se puede incurrir en la cocina en un positivismo craso, que no se compadece con el vitalismo propio de la creación y del comer: limpias los calamares, preferentemente pequeños, y los troceas, picas cebolleta fresca abundante, la fríes bien con una guindilla de Cayena, echas los calamares, un vasito de vino blanco de la tierra (nuestra, big country) y pimentón de la Vera, dejas chupchupear un rato y ya está. Nos lo hemos comido con gula, como debe ser, con pez de limón y sardinas y buenos trozos de pan para mojar sopas, y yo lo he acompañado con vino de Rueda que tenía por ahí. Ea.
Mañana vota lo que quieras, pero vota comunista.
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